Belleza

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“Nosotros somos lo que pensamos. Todo lo que somos lo somos por nuestros pensamientos. Y con nuestros pensamientos, construimos nuestro mundo. ” Buddha

sábado, 5 de marzo de 2011

El sabor agridulce de la muerte..

Esta vez le ha tocado a Rkia. El día tres de marzo, su vela se apagó. Se apagó para siempre. Desde que estoy haciendo prácticas en la llar Pere barnés, he vivido la muerte de cerca. La mayoría eran de esperar. Pero la de Rkia no.
Rkia sabía más de cuatro idiomas. Siempre iba muy abrigada "la calle es muy dura por las noches" me decía cuando le veía con ese abrigo de plumas lila y el típico gorrito de lana. Sus pasos eran pesados y lentos. Siempre iba con su mochila a cuestas. A ella, y a todos los que vienen a comer en el segundo turno, les guardábamos sus únicos objetos, en un pequeño armario empotrado en la escalera. Este año, nos han dejado más personas, pero lo de Rkia para mi a sido especial. Desde un primer momento me llamó la atención. En el colectivo en el que estoy (Personas sin techo) lo que más predomina es el sexo masculino. Está claro que si la calle es dura para un hombre, para una mujer lo es mucho más. No por ello vi a Rkia triste. Siempre entraba sonriendo y diciendo unas buenas palabras para los que estábamos en la llar. Sinceramente, nunca le llegué a comprender totalmente, ya que su manera de hablar era peculiar. De origen marroquí, hablaba un español con toques franceses y catalanes.
No sé por que motivo acabó viviendo en la calle. Sola. Con su botella de wisky como compañera. Una vez, el educador de mi centro, Bob, le vio cerca de su casa. Ella estaba sentada, con un cartón de vino en la mano. En cuanto vio a Bob, rápidamente escondió el vino detrás de ella, como si fuera una niña pequeña que temía a que le regañasen.
Rkia a tenido un triste final. A los 55 años y con más de 20 viviendo en la calle, nos ha dejado para siempre. Sola, seguramente tapada con alguna manta que le hayamos facilitado desde la fundación.
¿Creéis que merecía morir así? Yo creo que no. Es más, creo que nadie se merece morir así. Sola, en la calle. Rkia, tú te vas y te liberas de todo esto. Yo te recordaré siempre sonriendo y con una mirada tierna, por eso siempre me quedará un sabor agridulce de tu recuerdo.

1 comentario:

  1. Luego me hace gracía cuando en la sociedad priman unos valores, unas realidades y no otras. ¿Era justo que muriera? No ¿Era lógico? Sí. Vivimos en una sociedad egolatra que solo se preocupa de mirarse el ombligo. Pero lo importante ahora es ella, Rkia, seguro que este donde este se alegra de escuchar unas palabras tan bonitas.

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