Belleza

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“Nosotros somos lo que pensamos. Todo lo que somos lo somos por nuestros pensamientos. Y con nuestros pensamientos, construimos nuestro mundo. ” Buddha

viernes, 18 de marzo de 2011

Mis secretos.




Como ya he dicho en la entrada anterior, hay gente que esconde sus verdaderos sentimientos. Yo antes también lo hacía, hasta que comprendí, que si no los expreso,la gente no sabe como realmente soy y no podrá llegar nunca a comprenderme. Por eso, me gustaría describirme. Decir tal y como soy. Sin tapujos, sin miedos, siendo clara como el agua.

Empecemos...

Soy una persona muy optimista, me encanta sonreír a las personas. Suelo estar alegre y hay días que no hay quien me pare.
Considero que soy una chica fuerte y segura; esto,sumado que soy una chica muy cabezona, suelo conseguir todo lo que me propongo realmente. Con mucho esfuerzo y dedicación.
En mi vida he sido muy orgullosa. Ahora, aunque muchas veces me cueste, suelo recapacitar y pedir perdón si me he equivocado. Se reconocer mis errores.
Soy muy cariñosa! me gusta dar cariño a todo el mundo en general, aunque también tengo momentos en los que no me apetece el contacto con el mundo y me aíslo en mi interior.
Tengo también una parte pesimista, que aparece en momentos de inseguridad o de baja autoestima.
Hay veces que no encuentro sentido al mundo. Lo veo tan injusto... que termino por decaer. Cuando me pasa, lloro. Lloro por cosas ajenas a mi. Lloro por todas las injusticias de la vida. Entro en un mar de dudas que no se como salir, y entonces veo un futuro negro...
Se lo que es la soledad. Estar con gente y sentirme sola y vacía. A veces he intentado buscar en los demás algo que está dentro de mí....
Siempre termino por resurgir de mis cenizas y veo otra vez la parte positiva de la vida. Debido a la profesión que he elegido, he visto la cruda realidad de muchas personas. He conseguido empatizar con ellos, sin llegar a involucrarme personalmente con su historia, algo que antes me costaba. Se que es bueno para mi y necesario, pero hay veces que termino por sentirme egoísta.
Soy una persona muy sensible; por eso voy con cuidado con las personas y a veces puedo llegar a ser muy dura. Es muy fácil que me encariñe con las personas, pero poca gente entra plenamente en mi corazón y cuando alguien consigue entrar daría todo por esa persona.
No me importa lo que la gente opine de mi. No me privo de hacer las cosas por el "qué dirán". Me puede llegar a molestar que se hable de mi a las espaldas, pero el comentario no me afecta en absoluto.
Hago lo que quiero y cuando quiero, no dejo que los demás influyan en mis decisiones. Muchas veces tengo muchas dudas y cambio de opiniones fácilmente debido a mi impulsividad, que hace que diga lo que me pase por la cabeza en cada momento.
Las cosas que no veo bien o me molestan por mucho que lo intente acabo diciéndolas y si no lo hago se me nota distante y "rara" con la persona en cuestión.
Tengo una mirada curiosa y me percato de las cosas mas de lo que se piensa, sobretodo por que me dejo guiar por mi intuición. A lo largo de mi vida, pocas veces me ha fallado.

Quiero el bien para todo el mundo, y hago lo que me gustaría que me hicieran. Tengo unos valores muy claros, igual que mis metas y objetivos, que lucho hasta el final para conseguirlos.
Me gusta ser como soy pero tengo tantas cosas por mejorar...
Bien... estos son algunos de mis secretos. ¿Te atreverías a decir cuáles son los tuyos?

miércoles, 16 de marzo de 2011

sentimientos...¿Mostrar o no mostrarlos?

La gente no está acostumbrada ha hablar de sus sentimientos. Se encierran en ellas mismas y crean una gran barrera inoxidable entre las personas que le rodean. Bien...ahora me surge la siguiente cuestión: ¿hasta que punto es bueno preservar completamente su intimidad, vivencias o sentimientos?

Por una parte, veo bien que las personas quieran preservar una parte de ellas, de su intimidad o sus recuerdos. Conservar virgen una serie de vivencias que le han impactado, alegrado o causado un terrible sufrimiento.

Por otra parte, no comprendo por que no están suficientemente capacitadas para hablar claramente sobre lo que sienten en un momento determinado y fingen... Sí... fingen ¿Por qué?para... ¿quedar bien? ¿demostrar que son más fuertes? ¿Que no tienen problemas? No lo sé.

El otro día, me tocó hacer una dinámica en clase. Todos en circulo, contábamos sucesos o circunstancias que habíamos vivido en el pasado que habían consolidado nuestra personalidad. Dichos sucesos podían ser buenos o malos. No importaba la profundidad del asunto. El objetivo principal era que los participantes se dieran cuenta que todo el mundo tenía experiencias negativas o positivas en la vida, y que todas estas experiencias nos hacían aprender, nos ayudan a crecer.

Deje muy claro, que podían hablar de lo que quisieran y hasta donde eligieran. Al decir esto, vi pánico en los ojos de la mayoría de las personas. Sabía que pasaría esto. Ya fuera por malentender mi explicación (se pensarían que quería que contasen aspectos problemáticos o dolorosos en su vida) o por otro algún motivo que realmente desconozco.

Al ver el ánimo de desconfianza, el cual apareció de repente ( llevábamos muchas dinámicas de conocimiento y nunca había visto tanta desconfianza en clase), empecé yo con sucesos de mi vida, para nada profundos, en relación a la independencia que he tenido toda mi vida. La gente escuchaba atenta. Les dije como me sentía en esos momentos, lo que pensaba, como ha afectado a mi persona.

Poco a poco la gente se iba animando. Algunas compañeras dijeron sucesos fuertes que le han marcado mucho en la vida, otros hechos que pueden carecer de importancia, pero que para ellos fue importante. Mucha gente seguía sin querer hablar. Me dio por observarles. Les veía meditabundos.
Empece a hablar de por que había elegido hacer esta dinámica. Y... dije por que creía yo que muchas personas habían optado por no hablar, echo respetable, por supuesto.
Empezaron a llorar. De 15 personas que nos encontrábamos en clase, 6 lloraban como una magdalena y 3 de ellas con los ojos llorosos que se negaban hablar por miedo a llorar.

Vi en la mayoría de mis compañeros una careta mojada, a punto de desvanecerse. Tenían miedo de mostrar lo que sentían, de enseñar de corazón su verdadero yo.
Uno de mis objetivos, era que todos los compañeros dejasen de verse con juicios o por apariencias. Quería que se comunicasen de corazón a corazón. Dejar las etiquetas a un lado, y que vieran que todo el mundo tiene experiencias en la vida, negativas y positivas, que configuran nuestra personalidad y que a veces, comunicar el por que de nuestros sentimientos o actuaciones, podría ayudar a empatizar más y dejar de judgar a simple vista.

No cumplí todos mis objetivos marcados. No se dejaron. Quizá aún era pronto para hacer esta dinámica. De lo que me alegro, es de que mis palabras le llegasen, que pensasen en sus experiencias y llorasen, que mostrasen sus sentimientos a pesar de negarse ha hablar de ellos.







Negar situaciones del pasado, es negar una parte de lo que somos actualmente.

sábado, 5 de marzo de 2011

El sabor agridulce de la muerte..

Esta vez le ha tocado a Rkia. El día tres de marzo, su vela se apagó. Se apagó para siempre. Desde que estoy haciendo prácticas en la llar Pere barnés, he vivido la muerte de cerca. La mayoría eran de esperar. Pero la de Rkia no.
Rkia sabía más de cuatro idiomas. Siempre iba muy abrigada "la calle es muy dura por las noches" me decía cuando le veía con ese abrigo de plumas lila y el típico gorrito de lana. Sus pasos eran pesados y lentos. Siempre iba con su mochila a cuestas. A ella, y a todos los que vienen a comer en el segundo turno, les guardábamos sus únicos objetos, en un pequeño armario empotrado en la escalera. Este año, nos han dejado más personas, pero lo de Rkia para mi a sido especial. Desde un primer momento me llamó la atención. En el colectivo en el que estoy (Personas sin techo) lo que más predomina es el sexo masculino. Está claro que si la calle es dura para un hombre, para una mujer lo es mucho más. No por ello vi a Rkia triste. Siempre entraba sonriendo y diciendo unas buenas palabras para los que estábamos en la llar. Sinceramente, nunca le llegué a comprender totalmente, ya que su manera de hablar era peculiar. De origen marroquí, hablaba un español con toques franceses y catalanes.
No sé por que motivo acabó viviendo en la calle. Sola. Con su botella de wisky como compañera. Una vez, el educador de mi centro, Bob, le vio cerca de su casa. Ella estaba sentada, con un cartón de vino en la mano. En cuanto vio a Bob, rápidamente escondió el vino detrás de ella, como si fuera una niña pequeña que temía a que le regañasen.
Rkia a tenido un triste final. A los 55 años y con más de 20 viviendo en la calle, nos ha dejado para siempre. Sola, seguramente tapada con alguna manta que le hayamos facilitado desde la fundación.
¿Creéis que merecía morir así? Yo creo que no. Es más, creo que nadie se merece morir así. Sola, en la calle. Rkia, tú te vas y te liberas de todo esto. Yo te recordaré siempre sonriendo y con una mirada tierna, por eso siempre me quedará un sabor agridulce de tu recuerdo.